Antes de recibir socorro especial, el individuo debe dar prueba de receptividad también especial, pues
los Maestros presiden la distribución de las energías espirituales que deben activar la evolución global de la humanidad, y la utilización de estas energías para el pronto crecimiento de una sola alma no se permite sino en tanto que esta alma sea realmente capaz de un progreso rápido y pueda enseguida ser a su vez uno de los servidores de la raza y dar a sus semejantes los socorros que haya recibido. Así, cuando un hombre, utilizando completamente el auxilio obtenido por medio de la religión y de la filosofía, ha llegado por sus propios esfuerzos a la cresta de la ola humana y demostrado una naturaleza amante, desinteresada y auxiliadora, es objeto de atención particularísima por parte de los celosos Guardianes de la raza. Se les suscitan además en su camino ocasiones especiales de probar su fuerza y provocar el despierte de su intuición. Tanto más aprovecha estas ocasiones, tanto mostrarle de un modo cada vez más claro la naturaleza engañadora e irreal de la existencia terrestre. De aquí esa laxitud, ya indicada, que no deja al hombre otro deseo que el de la liberación y le lleva a la entrada del Sendero probatorio.
Annie Besant . La sabiduría antigua .