Hace un momento, cuando usted hablaba del templo, se refirió al símbolo de Dios como

meramente una sombra. No podemos ver la sombra de un hombre sin el hombre real que la proyecta. ¿Está usted satisfecho con la sombra? Si tiene hambre, ¿se contentará meramente con mirar la comida? ¿Por qué, entonces, satisfacerse con la sombra en el templo? Si quiere comprender profundamente lo real, hará caso omiso de la sombra. Pero ya lo ve, ustedes están hipnotizados por la sombra, por el símbolo, por la imagen de piedra. Mire lo que pasa en el mundo: las gentes están divididas porque adoran una sombra particular en la mezquita, en el templo, en la iglesia. Puede haber multiplicidad de sombras, pero sólo existe una realidad, la cual no puede dividirse. Y no hay sendero alguno que conduzca hacia la realidad ni cristiano ni musulmán ni hindú ni ningún otro sendero.

Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .

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