HIEROFANTE. – Revelador de enseñanzas sagradas. Llevaba este título el jefe de los Adeptos, que
en las iniciaciones explicaba los arcanos a los neófitos. En hebreo y caldeo se le llamaba Pedro, que significa el que abre o descubre. De aquí que el Papa, como sucesor del hierofante de los antiguos misterios, ocupe la pagana silla de “San Pedro”. El odio de la Iglesia católica a la alquimia y ciencias ocultas y astrológicas, se explica porque tales conocimientos eran antes prerrogativa del hierofante o representante de Pedro, quien guardaba los misterios de vida y muerte. Bruno, Galileo, Kepler y Cagliostro se opusieron a las pretensiones de la Iglesia y por ello perdieron la vida. Toda nación tuvo misterios y hierofantes. Los judíos tenían su Pedro, Tanaim o Rabino, como Hillel, Akiba (35), y otros cabalistas famosos, únicos que podían comunicar los terribles secretos de la Merkaba. En India hubo y hay diseminados por las principales pagodas muchos hierofantes, conocidos con el nombre de brahmatmas. En el Tíbet el principal hierofante es el Dalai o Taley-Lama de Lha-ssa (36). Entre las naciones cristianas sólo los católicos han conservado esta pagana costumbre en la persona del Papa, aunque han desfigurado tristemente la majestuosa dignidad de tan sagrado cargo.
H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .