La única diferencia está en que esta leyes te han parecido duras y difíciles, mientras

no has sido admitido nada más que al primer recinto de este santuario, ya que este recinto es el que limita con las naciones extranjeras, contra las cuales tenías que estar siempre en guardia, mientras que, cuando penetras en los recintos interiores, estas leyes te parecen suaves y tranquilas como la atmósfera de la eternidad, porque serán ellas las que actuarán en ti y por ti y las que te harán que disfrutes de este descanso.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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