Luego, a través de la bruma de oro, aparecen sonriendo con dulzura, las figuras amadas
sobre la tierra, idealizadas por la belleza que expresan sus emociones más nobles, más sublimes, sin la menor sombra de los cuidados y de las pasiones de los mundos inferiores. ¿Quién podrá referir la felicidad de ese sueño, la gloria de esa primera aurora de la existencia celeste?.
Annie Besant . La sabiduría antigua .