Cuando un buda se va, se va inmensamente satisfecho, porque sabe que está dejando atrás

la existencia con un poco más de poesía en ella, con un poco más de consciencia en ella, con un poco más de oración en ella. Recuerda que cuando te vayas del mundo, solo puedes morir satisfecho si has hecho que este mundo merezca un poco más la pena, que sea un poco más significativo, con un poco más de danza, de celebración. Si le has añadido un poco de festividad, un poco de risa, un poco de sentido del humor; si has sido capaz de encender una pequeña lámpara de luz y has sido capaz de disipar un poco de oscuridad del mundo, morirás lleno de alegría: estás realizado, tu vida ha tenido fructificación y florecimiento. De otra forma, la gente muere con desdicha. Jean-Paul Sartre tiene razón para la mayoría de la gente, pero esa mayoría está viviendo en la ignorancia, en la inconsciencia. Esa mayoría todavía no es realmente capaz de declarar su humanidad. Solo un Buda o un Krishna o un Zaratustra o un Jesús pueden afirmar que son seres humanos. Son seres humanos porque han florecido: todo su ser ha llegado al florecimiento. No ha quedado nada, todo está realizado. Crea este anhelo, esta sed. Tienes la semilla, lo único que necesitas es una sed. Esa sed se convertirá en la ocasión para que germine la semilla. Tienes el potencial, lo único que necesitas es un anhelo tremendo. Si te inflamas de anhelo te purificarás. El metal base de tu vida se transformará en un metal más elevado, en oro. De esto se trata la alquimia. Y el Secreto de la Flor Dorada es un tratado alquímico.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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