¿Cuáles son. pues, las condiciones sin las cuales no podemos esperar descubrir dónde están los

prados tan abundantes, donde calienta el verdadero sol? Estas condiciones consisten en estar animados por el celo de la casa del Señor, es decir, el celo de nuestra propia casa. ¿Y cuál es el medio de poder esperar ver que nace en nosotros el celo de nuestra propia casa? Evitar con un trabajo constante y perpetuo el celo de la casa ajena.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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