«Dejad, pues, que sigan libremente su curso las palabras de salvación y de regeneración que
se han confesado al hombre nuevo. Ayudadle a extermi- nar los agentes de la iniquidad, a precipitar en el mar los animales impuros que habrán servido de asilo a los espíritus de tinieblas y a hacer que se abran para siempre los siete canales de la santidad. La vida que baje por ellos os comunicará un nombre cuyos maravillosos poderes y riquezas inefables no podéis concebir Recurrid a la ayuda del fuego del cielo para que todo lo que hay en vosotros tiemble ante el Señor y para que caminéis por las huellas que ha dejado el hijo del gran Azarías, en quien la palabra santa y Divina consu- mía todas las substancias que son extrañas al espíritu».
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .