¡Mira, peregrino feliz! El portal que tienes frente ti es alto y anchuroso: parece de

fácil acceso. El ca¬mino que lo atraviesa es recto, liso y lleno de verdor. Aseméjase a un claro de sol en las sombrías profun¬didades de la selva, es un punto de la tierra reflejado, el paraíso de Amitabha. Ruiseñores de esperanza y aves de irisado plumaje trinan allí, en las verdes enramadas, cantando victoria a los intrépidos peregrinos. Cantan las cinco virtudes de los Bôdhissattvas, la quíntuple fuente del poder Bodhi y los siete escalones del Conocimiento.

H.P. Blavatsky . La voz del silencio .

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