Si tenéis entusiasmo, hallaréis que vuestra Intuición, aquella Voz que anhelamos oír, llega a ser
vuestro Maestro, la única autoridad en vuestra vida. Para despertar el interés, debéis vigilar, debéis aprender a pensar, a valeros de vuestra imaginación, a sufrir, aunque sin pasar efectivamente por todo el proceso del ordinario sufrimiento. Os pondré un ejemplo. El otro día imaginé que salía de paseo con mi hermano. Anduvimos por un estrecho sendero, y durante todo aquel tiempo me parecía que mi sombra era más densa que la suya. Medité un rato sobre ello y eché de ver que mi conciencia estaba más enfocada en mí que mi hermano. Era lo mismo que si miráramos a través de dos cristales, uno más obscuro que el otro, y el más obscuro era yo, pero yo quise que ambas sombras tuviesen el mismo reflejo, y al cabo de un rato desapareció la diferencia y fui capaz de identificar mi personalidad con la de mi hermano.
Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .