La mente religiosa conoce, pues, esta destrucción completa, total, y lo que implica hallarse en
un estado de creación, el cual es incomunicable; y con él existe el sentido de la belleza y el amor, que son indivisibles. El amor no puede dividirse como amor divino y amor físico. Es amor. Y con él existe naturalmente, huelga decirlo, un sentido de pasión. Sin pasión no podemos llegar muy lejos. La pasión es intensidad. No la intensidad de querer cambiar alguna cosa, de hacer algo, no la intensidad que tiene una causa, de modo tal que cuando eliminamos la causa, la pasión desaparece. No es un estado de entusiasmo. La belleza sólo puede existir cuando hay una pasión que es austera. La mente religiosa, por hallarse en este estado, tiene una cualidad peculiar de fuerza. Ustedes saben, para nosotros la fuerza es el resultado de la voluntad, de muchos deseos entretejidos en la cuerda de la voluntad. Y esa voluntad, en la mayoría de nosotros, es resistencia. El proceso de resistir algo o de perseguir un resultado desarrolla la voluntad, y a esa voluntad la llamamos generalmente fuerza. Pero la fuerza de que estamos hablando nada tiene que ver con la voluntad. Es una fuerza sin causa. No puede ser utilizada, pero sin ella nada puede existir. De modo que, si descubriendo por sí mismo ha llegado uno a tanta profundidad, entonces la mente religiosa realmente existe y no pertenece a ningún individuo. Es la mente. Es la mente religiosa aparte de todos los empeños humanos, de los requerimientos e impulsos individuales, de las compulsiones, etcétera. Sólo hemos estado describiendo la totalidad de la mente, que puede aparecer como dividida por el uso de diferentes palabras, pero que es una cosa total en la que todo esto se halla contenido. Por lo tanto, una mente religiosa semejante puede recibir aquello que no es mensurable por el cerebro, que es innominable. No hay templo ni sacerdote ni iglesia ni dogma alguno que puedan contenerlo. Negar todas esas cosas y vivir en este estado es tener una verdadera mente religiosa.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .