Lejos de temer estas pruebas espirituales que ha de encontrar en su cami- no, de
cuyas ventajas ya hemos hablado, dirá con Jeremías, 48, II: Moab ha estado en la abundancia desde su juventud, se ha quedado en su asiento y no ha pasado de un barco a otro ni lo han llevado cautivo. Por eso es por lo que conserva su sabor y no ha cambiado su olor.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .