Exactamente lo mismo debe sucederos si queréis entrar en aquella región de absolutividad; debéis tener

hondas raíces porque estáis más cerca de los Dioses, y más profundas angustias de crecimiento, porque veis los primeros rayos del sol. Y cuando os halléis en aquella altura, os daréis cuenta de la ilusión, del Maya, de la inutilidad de las cosas transitorias y perecederas. Me fortalece la idea de semejante árbol solitario, que siempre vive en el puro aire de las montañas y que, de día en día, acrecienta su fortaleza, y que sólo puede abatirse cuando la montaña deje de subsistir.

Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .

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