Tenemos un modo habitual de hablar, o nos complacemos charlando interminablemente sobre naderías, pero si

nos volvemos sensiblemente alertas, atentos, entonces disponemos de una energía extraordinaria, energía que no es engendrada por la resistencia, como lo son la mayor parte de las energías. Esta energía de la atención es libertad. Si comprendemos esto real y profundamente, no como teoría sino como un hecho verdadero que hemos experimentado, un hecho que hemos visto y del cual nos hemos dado cuenta totalmente, entonces podemos proceder a inquirir en la total naturaleza y estructura del miedo. Y debemos tener en mente cuando hablamos de esta cuestión más bien complicada, que la comunicación verbal entre ustedes y el que les habla se torna bastante difícil; y que si uno no escucha con suficiente cuidado y atención, la comunicación no es posible. Si ustedes piensan en una cosa y el orador habla de algo distinto, entonces es obvio que la comunicación cesa. Si ustedes están preocupados por algún miedo particular y toda su atención se enfoca en ese miedo, entonces la comunicación verbal entre ustedes y quien les habla también termina. Para comunicarnos verbalmente tiene que existir una calidad de atención en la cual haya interés en la cual haya intensidad, urgencia por comprender esta cuestión del miedo.

Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .

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