Y cuando uno ascendía casi pisó a una codorniz madre con su docena o más

de pequeñas crías que se diseminaron piando entre los arbustos. Al llegar más arriba uno miró hacia atrás, y vio que la codorniz ya había reunido nuevamente a las crías alrededor de ella, las cuales estaban completamente seguras bajo las alas de su madre.

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

Índice