¿Por qué es orgulloso el hombre? ¿No te sientes orgulloso si escribes con una hermosa

caligrafía, o cuando ganas un juego o apruebas algún examen? ¿Has escrito alguna vez un poema o has pintado un cuadro y luego se lo mostraste a un amigo? Si tu amigo te dice que es un bello poema o una pintura maravillosa, ¿no te complace eso? Cuando has hecho alguna cosa y te dicen que es excelente, experimentas un sentimiento de regocijo, y eso está muy bien, es bueno que sea así; pero, ¿qué ocurre la próxima vez que pintas un cuadro, o escribes un poema, o limpias una habituación? Esperas que venga alguien y te diga qué niño excelente eres; y, si no viene nadie, no te molestas más en pintar, o en escribir o en limpiar. De ese modo entras a depender del placer que otros te proporcionan con su aprobación. Es así de sencillo. Y entonces, ¿qué ocurre? Cuando ya eres mayor, quieres que aquello que hagas sea reconocido por mucha gente. Tal vez digas: “Haré esto por el bien de mi gurú, por el bien de mi país, por el bien del hombre, por el bien de Dios”, pero en realidad lo haces para ganar reconocimiento, y en eso tiene su origen el orgullo; y cuando haces cualquier cosa de ese modo, ésa no es una acción correcta. No sé si comprendes todo esto. Para comprender algo como el orgullo, uno tiene que ser capaz de pensar correctamente de principio a fin; tiene que ver cómo comienza el orgullo y el desastre que ocasiona, tiene que ver la totalidad de ello, lo cual implica que uno ha de estar tan profundamente interesado, que su mente prosiga hasta el final y no se detenga a medio camino. Cuando te interesas realmente en un juego, lo juegas hasta el final, no te detienes súbitamente en medio del juego y te vas a tu casa. Pero tu mente no está habituada a esta clase de pensar, y forma parte de la educación ayudarte a inquirir en el proceso total de la vida, y no solamente enseñarte unas cuantas materias.

Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .

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