Quien ya se halla en el Sendero, no existe para sí mismo sino para los
otros; se ha olvidado de sí para poder servirles; es como una pluma en la mano de Dios, a través de la cual pueda fluir el pensamiento Divino y encontrar, aquí en la tierra, una expresión que sin tal intermedio no podría tener. Pero al mismo tiempo es un viviente penacho de fuego, irradiando sobre el mundo el divino Amor que inunda su corazón.
Alcione J. Krishnamurti . A los Pies del Maestro .