Decía San Clemente de Alejandría en su obra "Paidagogos": "¿Acaso no hay dentro de una

frugal sencillez, una gran variedad de alimentos saludables, como verduras, bulbos, raíces, frutos, en" saladas, cereales y otros productos alimenticios. "Entre los alimentos conviene dar la preferencia a aquellos que pueden comerse en estado natural, sin recurrir al fuego". "El apóstol Mateo vivía de granos, fruta de cáscara dura y verdura, con exclusión de carne. Y el apóstol Juan nutrióse de tiernas yemas, de hojas y de bulbos de meleagro". "La alimentación carnea paraliza las facultades espirituales. Los gnósticos se abstuvieron de alimentos cárneos, a fin de evitar que su cuerpo se inclinara a la concupiscencia".

Eduardo Alfonso . La iniciación .

Índice