¿Puede uno preguntarse, permaneciendo quietamente en su propia casa o paseando a solas, por qué

existe este perpetuo anhelo? Hemos hablado del temor, del dolor y el placer; también hemos hablado de la inteligencia, del amor y la compasión. Señalamos que sin inteligencia no puede haber amor y compasión. Ambos marchan juntos. No la inteligencia de los libros ni la astuta maquinación del pensamiento ni la inteligencia de la mente muy ingeniosa y sutil, sino la inteligencia que percibe directamente lo que es falso, lo que es peligroso y, al percibirlo, lo abandona inmediatamente. Una mente así tiene la cualidad de la inteligencia. Tal vez podríamos considerar juntos la naturaleza de la meditación y ver si hay algo en la vida no sólo en las actividades y posesiones materiales, dinero, sexo, sensaciones, sino más allá de eso-, algo verdaderamente sagrado, no producido por el pensamiento. Descubrirlo realmente por nosotros mismos, quizás a través de la meditación. Estando libres de cualquier ilusión o engaño y pensando con absoluta honestidad, descubrir si existe algo sagrado.

Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .

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