De manera que si tienes un debate conmigo, ten cuidado: ¡te volverás loco!, porque no
soy un hombre consistente. Tampoco soy lógico. Soy absurdo. Y Habib no lo entendió. Si él fuera freudiano, yo habría atacado a Freud; si fuera marxista habría atacado a Marx, ¡y si fuera oshoísta habría atacado a Osho! ¡No tiene nada que ver con Jung! Jung no tiene ninguna relevancia en ello. ¡El ataque es al ego de Habib! Porque el ego es jungiano, por eso hay que atacar al pobre Jung. Mañana puede llegar alguien que sea freudiano, y yo atacaré a Freud. Y diré: «No es nada comparado a Jung; ¡un pigmeo!» Y entonces, naturalmente, me vuelvo inconsistente, ¡porque no entiendes la cuestión! No tengo nada que ver con Freud o Jung. ¿A quién le importa? Mi esfuerzo es para provocarte, para que lo cojas. No es que Habib se sienta ofendido porque he criticado a Jung; se siente ofendido porque su ego está herido. Si puede verlo, entonces mis declaraciones fueron útiles. Si no puede verlo, entonces la flecha no llegó a la diana. Entonces tendré que usar alguna otra estratagema. Tengo que destruir la estructura de vuestro ego. Por eso, no me preguntéis una y otra vez por qué mis declaraciones no son consistentes. Solo tengo una consistencia: la de ser inconsistente. Soy consistentemente inconsistente: ésa es la única consistencia que tengo. Y tengo una libertad infinita, porque un hombre consistente no puede tener libertad absoluta. Yo puedo jugar, puedo bromear, puedo disfrutar destrozando vuestro ego, destruyendo vuestras estructuras. No soy serio con estas cosas. Me atrevo a jugar, a probar primero una cosa, luego otra. Mis declaraciones son como actores en el escenario: deja que se contradigan; no están ahí para decir la verdad, sino para provocarla, para descubrirla. Y también me gustaría decirte: no hagas nada meramente en aras de la consistencia. Ése es el cobijo para los tontos y los filósofos..., que son las mismas personas. Nunca hagas nada tan solo en aras de la consistencia. Esto es indeseable, ya que limita la experimentación y la exploración. La acción, para ser consistente con el pasado, se convierte en una adicción programática. Te congela, te hace estático, paralizando la marcha de la evolución. Deberías mantener todo el poder sobre la conducta actual. Nadie debería someterse al pasado. Actuar consistentemente con lo precedente es una forma de muerte y destruye todo el potencial de crecer hacia el entendimiento. Recuerda: ¿qué es la consistencia? Significa que mi hoy tiene que ser obediente a mi ayer; eso es la consistencia. Mi presente tiene que ser obediente a mi pasado; eso es la consistencia. Pero entonces, ¿cómo voy a crecer? Entonces, ¿cómo voy a avanzar? Si permanezco consistente con el pasado, entonces no hay crecimiento posible.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .