El espíritu que envía de este modo el hombre nuevo a su propia tierra le
advertirá que lo envía como un cordero en medio de los lobos, recomendándole que sea prudente como la serpiente y candido como la paloma. Lo prevendrá contra todas las resistencias que encontrará por parte de los hombres, es decir, de las naciones impías e incrédulas que habitan en el reino de este hombre nuevo. Le dirá: Estos pueblos te harán comparecer en sus asambleas, te ha- rán flagelar en sus sinagogas y serás presentado por mi causa a los goberna- dores y a los reyes para dar testimonio de mi delante de ellos, ante los genti- les. Después, cuando te pongan en sus manos, no te preocupes por la forma de hablarles ni por lo que vayas a decirles. Lo que tengas que decirles se te indicará en ese mismo momento, porque no eres tú quien habla, sino el espíritu de tu padre que habla en ti... Será odiado por todos, por causa de mi nom- bre...
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .