Los antiguos libros de Oriente han mantenido en secre¬to durante largos siglos muchas verdades que
hoy empiezan a introducirse en la conciencia del occidental. Enseñaron hace miles de años la radiactividad de la materia, y quizás después de todo puede haber el mismo fondo de verdad en su enseñanza sobre las constelaciones. Acaso en las estrellas que vemos en el lejano firmamento, y en la vida que en ellas evoluciona, esté la meta de nuestro Logos solar, y las in¬fluencias que afluyen hacia él, lo atraen y a su debido tiem¬po lo hacen radiactivo. Los libros orientales dicen que en el sol Sirio está la fuente de la sabiduría y que de allí emana la influencia o energía del amor. También dicen que hay una constelación que está más estrechamente vinculada a nues¬tro Logos solar, debido a que Éste no ha evolucionado bas¬tante para responder completamente a Sirio, pero puede responder a la influencia de las siete hermanas, las Pléya¬des, que es una interesante constelación. Si consultamos en un diccionario la palabra "electricidad", hallaremos que se refiere etimológicamente a la estrella Electra, una de las siete hermanas, que para algunos es la Pléyade perdida. Los instructores orientales dicen que en el misterio de la elec¬tricidad está oculto todo conocimiento, y que cuando lo sondemos, conoceremos todo lo conocible. No es posible decir qué relación existe entre las Pléyades y nuestro sistema solar; pero la Biblia cristiana reconoce tal relación, pues Job habla de la "dulce influencia de las Pléyades", y alguna de las Escrituras orientales afirman que la conexión reside en el sonido o vibración. Quizás las Pléyades son la fuente de la vida atómica de nuestro Logos, el activo aspecto inteli¬gente, el primero que se desarrolló y al que podríamos llamar materia eléctrica.
Alice A. Bailey . La Conciencia del Átomo .