Por este medio, nuestra inteligencia nos impide considerar como una regeneración para nosotros todo lo
que tiende únicamente a actos externos, en los que nuestra esencia íntima no sirve para nada, ya que estos actos no están más vinculados a nosotros de lo que las obras de un pintor lo están al ignorante que las mira. Además, nos impide que consideremos como un medio de regeneración todos los agentes secundarios y todos los caminos particulares por donde marchan tantos hombres descarriados, pues todo esto sirve para el nacimiento de nuestro interior tanto como la aplicación externa de medicamentos a un enfermo que tiene viciada toda su sangre. Así, por este medio, nuestra inteligencia nos protege de grandes errores, en cuanto a nuestro progreso, y de gran- des idolatrías, en cuanto a la Divinidad.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .