Un descubrimiento sorprende de los secretos de la naturaleza; una nueva melodía embelesa el oído

de un gran músico; la resolución de un problema largo tiempo meditado, se ofrece a la mente del filósofo sublime; una energía nueva de esperanza y de amor caldea el corazón del filántropo infatigable; y sin embargo, aún entonces se creen abandonados los hombres y sin auxilio, a pesar de que sus mismas frases; “Se me ha ocurrido este pensamiento, “Me ha venido esta idea”, “He sido sorprendido por este descubrimiento”, atestiguan inconscientemente la verdad de que su Yo no ignora, aunque sea invisible a los ojos del cuerpo.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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