Nos dice también San Basilio el Grande: "La carne destruye la vida arrastrando a) cuerpo
a la perdición. El cuerpo agraviado con alimentos cárneos, es infectado por enfermedades". "Las fermentaciones de esos abominables alientos oscurecen la luz del espíritu". "Sean los manjares cárneos de la índole que sean, siempre, y en todos los casos engendran movimientos impuros, el alma, por decirlo así, yace asfixiada bajo el peso de] alimento, perdiendo -su predominio y su facultad de pensar. En el Paraíso Terrenal no hubo vino ni matanza de animales, ni alimentos cárneos". "En tanto que se viva racional y frugalmente, la felicidad de los hogares irá en aumento: Los animales se hallarán seguros en la posesión de su vida; ya no se verterá sangre alguna, ni se matará ningún animal. Holgará el cuchillo de los cocineros; la mesa estará cubierta únicamente de la fruta 'que brinda la Naturaleza, y ello bastará a dar crecida satisfacción a todos…”. “Si sientes afición al alimento cárneo y cebas tu cuerno, lograrás que el espíritu sea torpe y pesado; la grasa que criará la carne, debilitara las fuerzas del espíritu. Difícilmente puede amarse la virtud, si se encuentra delectación en manjares cárneos".
Eduardo Alfonso . La iniciación .