Algo hemos adelantado sobre este punto a tratar, en la etapa preparatoria, de la purificación

del cuerpo y de los sentimientos; y hay que suponer que el candidato a la iniciación se ha esforzado por encauzar sus apetitos y deseos dentro de las normas de pureza ya descritas. Pero, como puede suponerse, no hasta con haber cambiado ala alimentación o haber atenuado los estallidos de las pasiones; sino que es necesario dominar las apetencias gratificadoras de los sentidos (sensualidad) y el propio sentimiento (no ya solo el acto) de la pasión o del deseo, o sean las "tentaciones".

Eduardo Alfonso . La iniciación .

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