Si usted ha seguido esto, investigando qué es la meditación, y ha comprendido todo el

proceso del pensar, hallará que la mente está por completo silenciosa. En ese silencio total de la mente, no hay un observador; por lo tanto, no hay experimentador alguno; no hay una entidad que esté acumulando experiencia, actividad ésta que pertenece a la mente centrada en sí misma. No diga: «Eso es samadhi»; para usted no tiene sentido, ya que sólo lo ha leído en algún libro y no lo ha descubierto por sí mismo. Hay una diferencia inmensa entre la palabra y la cosa. La palabra no es la cosa, la palabra puerta no es la puerta. Así pues, meditar es purificar la mente de su actividad egocéntrica. Y si usted ha llegado hasta aquí en la meditación, hallará que hay silencio, un vacío total. La mente ya no está contaminada por la sociedad, ya no se encuentra sujeta a ninguna influencia ni a la presión de deseo alguno. Está completamente sola y, al estar sola, nada la afecta, es inocente. En consecuencia, existe una posibilidad de que se manifieste aquello que es intemporal, eterno. Todo este proceso es meditación.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

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