Las corrientes puestas en acción por las energías incipientes de la Mónada—bastará seguir una evolución,
pues las otras seis son iguales en principio—sólo tienen una breve vida de forma; sin embargo, cualquiera que sea la experiencia que en ellas se adquiera, está representada por un aumento de vida que responde en la Mónada, la cual es fuente y causa; y esta vida que responde consiste en vibraciones, muchas veces incongruentes entre sí, estableciéndose en la Mónada una tendencia hacia la separación, agrupándose juntas las fuerzas las fuerzas que vibran en armonía, determinando lo que pudiéramos llamar acción concentrada, hasta que se forman varias submónadas, si se nos permite por un momento esta expresión, parecidas en sus principales características, pero diferentes en los detalles, como matices de un mismo color.
Annie Besant . La sabiduría antigua .