Por favor, vean esto, porque es la verdadera pista hacia la comprensión del problema de
la libertad. Tanto en este mundo de los políticos, el mundo del poder, de la posición y la autoridad, como en el así llamado mundo espiritual donde uno aspira a ser virtuoso, noble, santo-, en el momento en que deseamos ser “alguien”, ya no somos libres. Pero el hombre (o la mujer) que ve el absurdo de estas cosas y cuyo corazón es por ello inocente y, en consecuencia, no está movido por el deseo de ser “alguien”, ese hombre es libre. Si ustedes comprenden la sencillez de esto, también verán su extraordinaria belleza y profundidad. Después de todo, los exámenes tienen ese propósito: darnos una posición, hacer que uno sea “alguien”. Los títulos, la posición y el conocimiento nos estimulan para que seamos alguna cosa especial. ¿No han advertido cómo sus padres y maestros les dicen que uno tiene que “llegar a algo” en la vida, que debe tener éxito, como lo tuvo el tío de uno o el abuelo? O que uno debe tratar de imitar el ejemplo de algún héroe, de ser como los maestros, los santos; y así jamás son ustedes libres. Ya sea que sigan el ejemplo de un gurú, de un santo, de un maestro o de un pariente, o se adhieren a una tradición en particular, todo eso implica de parte de ustedes una exigencia de ser algo o alguien; y es solamente cuando comprenden este hecho que hay libertad.
Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .