Ramana Maharshi murió de cáncer. El cuerpo estaba en una gran agonía, pero él sonreía.
Los médicos estaban perplejos, no podían creerlo. No era creíble. El cuerpo estaba en semejante agonía y él estaba en semejante éxtasis. ¿Cómo era posible? Y le preguntaron una y otra vez: «¿Cómo es posible?» Y él decía una y otra vez: «No tiene nada de extraño. No soy el cuerpo. De modo que lo que le pase al cuerpo..., es igual que tú observando mi cuerpo; yo también estoy observando mi cuerpo. Tú no sientes ningún dolor, así que ¿por qué iba a sentirlo yo? Tú eres un testigo, yo soy un testigo. El cuerpo es solo un objeto: un objeto en medio de nosotros dos. Tú ves desde fuera que está en agonía, yo veo desde dentro que está en agonía. Si a ti no te afecta verlo, ¿por qué me iba a afectar a mí?».
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .