Pero la misma voz que haya congregado a esta familia divina de todas las lenguas,

de todas las tribus, de todas las naciones, no dejará que perezca su obra, porque será espíritu y vida, lo mismo que nuestro ser interior, en su cualidad de familia divina, particular, sería también sensiblemente para nosotros espíritu y vida, si tuviésemos más confianza en las fuerzas y en los medios eficaces que la sabiduría y la misericordia divinas no dejan de prodigarnos.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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