Al parecer, el amigo había visto numerosos tigres, y muchos años atrás, en su juventud,
había ayudado a matar uno, y desde entonces había estado deplorando el terrible acto. La crueldad en todas sus formas se está extendiendo actualmente por el mundo. Es probable que el hombre jamás haya sido tan cruel como es ahora, tan violento. Las iglesias y los sacerdotes siempre han hablado de paz en la tierra; desde la más alta jerarquía cristiana al pobre clérigo de aldea, ha habido prédicas acerca de vivir una vida buena, de no lastimar, de no matar cosa alguna; especialmente los hindúes y los budistas del pasado han dicho: «No mates a la mosca, no mates nada, porque en la próxima vida pagarás por ello». Eso era expresado más bien crudamente, pero algunos de ellos mantenían este espíritu, esta intención de no matar y no lastimar a otro ser humano. Pero el matar por medio de las guerras continúa y continúa. El perro mata muy rápidamente al conejo. Y el hombre mata a otro con sus maravillosas máquinas, y el que mata es probablemente muerto por otro. Y esta matanza ha estado prosiguiendo por milenios y milenios. Algunos tratan eso como un deporte, otros matan a causa del odio, de la ira, de los celos; y está el asesinato organizado por las diversas naciones con sus armamentos. Uno se pregunta si el hombre vivirá alguna vez sobre esta bella tierra, sin matar jamás cosa alguna, sin matar ni ser muerto por otro ser humano, sino viviendo pacíficamente, con algo de divinidad y amor en su corazón.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .