Kjokmah en energía pura, lo mismo que la expansión de la gasolina dentro del cilindro
de combustión; es fuerza pura. Pero así como esta fuerza expansiva se perdería si no hubiera una máquina a la cual trasmitiese su poder así también la energía no dirigida de Kjokmah irradiaría en el espacio si no hubiese algo que recibiera su impulso y lo utilizaría. Kjokmah estalla como la gasolina; Binah es la cámara de combustión; Gueburah y Guedulah son los movimientos alternados de los pistones. Ahora bien: la fuerza expansiva de la gasolina es energía pura, pero no haría mover el coche. La organización constructiva de Binah es potencialmente capaz de hacer marchar el coche, pero no puede hacerlo si no es puesta en movimiento por la expansión de la energía acumulada en el vapor de gasolina. Binah es potencialmente ilimitado, pero inerte. Kjokmah es energía pura ilimitada e infatigable, pero incapaz de acción por sí propia, más que de irradiar en el espacio si no hay nada que la detenga. Pero cuando Kjokmah opera sobre Binah, entonces su energía se concentra y pone en acción. Cuando Binah recibe impulso de Kjokmah, todas sus energías latentes quedan vitalizadas. En otras palabras: Kjokmah suministra la energía, y Binah el motor. Consideremos, ahora, la masculinidad y la femineidad de este par de opuestos supremos, según se expresan en el acto de la generación. Los espermatozoides tienen una vida brevísima; son simples unidades de energía que, una vez exteriorizada, mueren. Pero, aunque el mecanismo reproductor femenino, la matriz que gesta y los pechos que alimentan son capaces de llevar esta vida que se le ha transferido y desarrollarla hasta obtener una existencia independiente y propia; sin embargo, toda esta maquinaria tan delicada permanece inerte hasta que el estímulo de la fuerza de Kjokmah la pone en acción. La unidad reproductora femenina es omnipotencial, pero inerte; la unidad reproductiva masculina es omnipotente, pero incapaz de producir por sí propia el nacimiento.
Dion Fortune . La Cabala Mistica .