El hombre nuevo, iluminado por la misma luz, explicará sin descanso la tradición por la

ley; la letra, por el espíritu, y el espíritu, por la voluntad del autor supremo de las cosas. Este hombre nuevo no olvidará, por tanto, que no es en el templo donde se debe prescribir esta ley y las formas de los sacrificios que deben realizarse dentro de él; que es en el templo donde debe recibirse esta ley y sus sacrificios, tal como corresponde prescribirlas al príncipe de los sacerdotes, según la orden de Melquísedec; que este templo no tiene más obli- gación que mantenerse siempre en el orden conveniente y estar preparado en todo momento para cuando quiera este príncipe de los sacerdotes venir a ofre- cer su incienso.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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