Un hombre estaba muy preocupado por su suegra viuda. La viuda tenía ochenta y dos

años y estaba muy angustiada. Una noche, para sacarla de casa, el hombre concertó una cita para ella con un hombre que tenía ochenta y cinco años. La suegra volvió de la cita muy tarde y alterada. «¿Qué ha pasado?», preguntó el hombre. «¿Estás de broma?», contestó ella con brusquedad, «¡le he tenido que dar una bofetada en la cara tres veces!». «¿Quieres decir», preguntó el hombre, «que intentó propasarse?». «¡No!», replicó ella. «¡Pensé que estaba muerto!» Pero incluso hasta entonces la gente sigue concertando citas. Si son realmente fantasmas, deben de estar haciendo las mismas cosas que haces tú..., las mismas cosas. Y continúa, vida tras vida.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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