Para mí es un genio quien ve su meta, cuyo entusiasmo es siempre vivo, que

camina firmemente hacia esa meta y lucha sin tregua para mantener clara Visión; quien nunca se esclaviza a las mezquinas cosas de la vida ni le afectan los disturbios domésticos ni mundanos, sino que continuamente los desdeña y procura mantener ante él clara y pura la Visión. En cambio, el hombre vulgar y ordinario está sofocado por el mundo, y no ve la Visión, sino que sucumbe a su ambiente y pierde su poder sobre la vida.

Jiddu Krishnamurti . El Reino de la Felicidad .

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