Hay quienes interpretan los mitos de las religiones esotéricas de una manera alegórica o metafórica.
Y ésos son precisamente los místicos. En otras palabras, los místicos son quienes dan un significado esotérico u oculto, a los mitos. Y ese significado no depende de un sistema de creencias, de símbolos o de mitos externos, sino que brota de la experiencia directa interna y contemplativa del alma. En otras palabras, los místicos no son, en modo alguno, creyentes míticos, sino fenomenólogos contemplativos, místicos contemplativos y científicos contemplativos. Es por ello que, como ha señalado Alfred North Whitehead, el misticismo siempre se ha aliado con la ciencia en contra de la Iglesia, porque uno y otro se basan en la evidencia consensual directa. Newton fue un gran científico y un profundo místico, y no experimentaba conflicto alguno por ello. Pero no parece existir el mismo tipo de compatibilidad entre la ciencia y la creencia mística. Son precisamente los místicos quienes afirman que la esencia de su religión es básicamente idéntica en todas las religiones místicas y que recibe muchos nombres cuando, en realidad, es Uno. Pero no encontrarás un solo creyente mítico -un fundamentalista protestante, pongamos por caso- que admita fácilmente que el budismo también es un camino perfecto de salvación. Quienes creen en los mitos suelen considerar que están en posesión del único camino, porque su religión se basa en mitos externos, que varían de lugar en lugar; y esto es lo que imposibilita que perciban -a diferencia de los místicos- la unidad interna que se oculta detrás de los símbolos externos.
Ken Wilber . Psicoterapia y Espiritualidad .