Ésta es la mayor contribución de Buda. Los hindúes dicen: El mundo es ilusión. Los

jainas dicen: El mundo es ilusión, la mente también es ilusión. Buda dice: El mundo es ilusión, la mente es ilusión, y el centro también. Su entendimiento es tremendo. Dice que si lo que se ve es ilusión, ¿cómo va a ser una realidad el que ve? Ésta es la declaración más profunda del nirvana: si el sueño es ilusión, entonces el que sueña también es ilusión; si la danza es ilusión, entonces el bailarín también es ilusión. ¿Qué está tratando de decir? Está tratando de decir: primero deja el mundo, luego deja la ilusión de la mente, y luego deja también la idea del centro, del ser; de otra forma, el ego persistirá. Con un nuevo nombre, de una manera sutil, el ego persistirá. Deja que se vaya eso también, deja que se vaya todo. Deja que haya simplemente vacío, nada..., y en esa nada está todo, en esa ausencia absoluta está la presencia. Buda nunca habla de esa presencia, porque dice que hay que conocerla, que no se debería hablar de ella, porque la mente es muy astuta: si hablas de esa presencia, empieza a codiciar esa presencia. Si hablas de Dios, la mente empieza a pensar: ¿cómo alcanzar a Dios? Buda nunca habla de Dios; no es que Dios no exista: ¿quién si no un Buda puede saber que Dios existe? Pero nunca habla, por una razón muy cierta: hablar de Dios puede crear el deseo de Dios, y si hay deseo nunca llegarás a Dios. Tiene que desaparecer todo deseo. Dios solo llega en un estado sin deseos. Se requiere una gran fortaleza para practicar la contemplación de la falsa ilusión; entonces la falsa ilusión es realmente una falsa ilusión, pero el vacío es también una falsa ilusión, y el centro también es una falsa ilusión. Estando en el camino del centro, uno crea también imágenes del vacío. Estas imágenes del vacío son solo ayudas. Primero, para sacarte del mundo, Buda dice que el mundo está vacío. Ahora la falsa ilusión se hace verdadera. Entonces dice que la falsa ilusión también está vacía. Ahora el centro se vuelve verdadero. Ahora dice que el centro también está vacío. Toda ha desaparecido sin dejar rastro, absoluto silencio... y en ese absoluto silencio está la bendición, está Dios. Uno practica también la contemplación de la falsa ilusión, pero uno no la llama falsa ilusión, la llama central. No es necesario decir más sobre qué hacer con el centro. ¿Y qué sucederá cuando todo se haya ido: el mundo, la mente, el ser? El Maestro Lu-Tsu tiene razón. Dice: «No es necesario decir más», porque decir más será peligroso, decir más será darte un objeto que desear... y llega el deseo, y entra el mundo entero. Ésta es una gran estratagema. Si puedes meditar sobre ella, alcanzarás el infinito, la eternidad, lo intemporal... la vida real.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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