¿Cómo puede estar engañado el hombre durante tanto tiempo sobre el destino de su ser?
Es que lo busca fuera de sí mismo, mientras que es dentro de sí donde aprendería todos los secretos. Parece que se forma una densa bóveda entre el espíritu del hombre y su región inferior; pero debería sentarse sobre esta bóveda, como en un trono, para establecer el orden en todas sus posesiones y manifestar, a la vista de todos los poderes, el agente supremo del que es imagen. Podría estar sentado en este trono, como si ya tuviese a sus enemigos bajo sus pies y como si hubiese cerrado el pozo del abismo, después de haber arrojado a él a todos los prevaricadores. Ahí lo llevaría la actividad del espíritu, si respondiese con fidelidad. Le haría sentir físicamente esa meta sublime, para la cual han recibido su existencia la naturaleza y él, y allí aprendería a reconocer cómo fue establecido para ser el ministro y el rey de la naturaleza.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .