El tantra y el yoga hay que experimentarlos juntos. El yoga tiene una buena comprensión

de la disciplina, y el tantra tiene una buena comprensión de la espontaneidad. Superficialmente, son opuestos. Pero, a menos que tu disciplina te haga más espontáneo y a menos que tu espontaneidad te haga más disciplinado, no estarás entero. El yoga es control, el tantra es no-control, y ambos son necesarios. Un hombre tiene que ser tan capaz de orden que, si surge la necesidad, puede funcionar en el orden absoluto. Pero el orden no debería convertirse en una fijación, de lo contrario se convertirá en un robot. Debería ser capaz de salirse de su sistema, de su disciplina, cuando surja la necesidad, y poder ser espontáneo, flotando, en un estado de dejarse ser. Eso solo lo puede alcanzar por medio del tantra, en ninguna otra parte. Estoy trayendo a la vida de mis sannyasins todos los opuestos como complementarios. Los yoguis estarán contra mí porque no pueden entender que el sexo y el amor formen parte de la vida de un buscador. Tienen miedo. Tienen miedo del sexo porque el sexo es lo más espontáneo que hay en tu vida: hay que controlarlo. Saben que una vez que se controla el sexo, todo lo demás está controlado, de modo que su ataque básico es al sexo. El tantra dice que si tu sexo no es espontáneo, toda tu vida se volverá como la de un robot. Tiene que tener libertad. Y ambos tienen razón, ¡y ambos tienen razón juntos! Éste es mi enfoque. Pareceré absurdo porque mi enfoque es muy ilógico. La lógica siempre insistirá: sé un yogui o sé un tántrico. Yo creo en la vida, no creo en la lógica..., y la vida es las dos cosas juntas. En la vida es necesaria una gran disciplina, porque tienes que vivir en un mundo con tantas personas, tienes que vivir con disciplina; de otra forma la vida se convertirla en un caos. La vida se volvería imposible si no pudieras vivir con disciplina. Pero si solo vives con disciplina y olvidas la espontaneidad y te conviertes en la disciplina y no eres capaz de salirte de ella, entonces la vida se pierde de nuevo; te has convertido en una máquina. Ahora bien, éstas son las dos alternativas que han estado disponibles para el hombre hasta ahora: o volverse un caos, lo que no está bien, o volverse una máquina, lo que tampoco está bien. Quiero que estés alerta, consciente, despierto, disciplinado, y sin embargo, capaz de ser espontáneo. Cuando estés trabajando, sé disciplinado. Pero el trabajo no lo es todo. Cuando estés jugando, olvídate de toda la disciplina.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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