Conoceríamos con ello, en poco tiempo, toda nuestra historia. Nos entera- ríamos de que nacemos

en lo divino, que tomamos forma en el espíritu, que rectificamos la apariencia y que separamos la iniquidad y que estas cuatro gran- des operaciones se realizan por la impresión de la fuerza, del amor y de la santi- dad sobre nuestro cuerpo, nuestro corazón y nuestra frente, todo bajo el aspecto del gran nombre central que planea por encima de nosotros, para vivificarnos, como vivifica a todos los seres cuyo centro único y universal es él por siempre.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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