Justo el otro día vino a verme Pradeepa. Estaba llorando, naturalmente. La había sobresaltado enormemente.
Nunca habría soñado que un día, de repente, le daría un martillazo justo en la cabeza. Y estaba también muy alterada porque había sido la causante de crear náuseas en mí: me tiene cariño, me ama, como me amáis todos. Estaba llorando por todas estas razones.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .