Ya sea que el cambio se produzca consciente o inconscientemente, sigue siendo la misma cosa.

El cambio consciente implica esfuerzo; y el empeño inconsciente de producir un cambio, también implica un esfuerzo, una lucha. Mientras haya lucha, conflicto, el cambio es meramente algo impuesto, no hay comprensión; por lo tanto, eso ya no es cambio en absoluto. Entonces, ¿es capaz la mente de enfrentarse con el problema del cambio respecto del afán adquisitivo, por ejemplo- sin hacer esfuerzo alguno, viendo simplemente la implicación total del espíritu adquisitivo? Porque usted no puede ver totalmente el contenido íntegro del espíritu adquisitivo, en tanto haya cualquier esfuerzo por cambiarlo. El verdadero cambio sólo puede tener lugar cuando la mente aborda el problema de un modo nuevo, fresco, no con los recuerdos agotados de un millar de ayeres. Es obvio que uno no puede tener una mente intensa, fresca, si la mente está ocupada. Y la mente deja de estar ocupada sólo cuando ve la verdad acerca de su propia ocupación. Y usted no puede ver la verdad si no está dedicando a ello toda su atención, si está interpretando lo que se dice, interpretándolo de acuerdo con lo que pudiera convenirle, o traduciéndolo a sus propios términos. Al enfrentarse con algo que es nuevo, debe usted abordarlo con una mente fresca, pura, y una mente no es fresca, no es pura si, consciente o inconscientemente, se encuentra ocupada.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

Índice