Quiere que este hombre se lave y se regenere perpetuamente y por completo en la

piscina de fuego y en la sed de la unidad; quiere que haga beber todos los días sus pecados a la tierra, es decir, que le haga beber toda su materia, puesto que ésta es su verdadero pecado; quiere que tenga en todo momento su cuerpo preparado para la muerte y los dolores y su alma dispuesta para la actividad de todas las virtudes, su espíritu listo para captar todas las luces y hacer que fructifiquen, para gloria de la fuente de donde proceden. Quiere que él se mire en todo su ser como un ejército siempre en pie de guerra y prepara- do para marchar en cuanto se le dé la orden; quiere que haya una resolución y una constancia que no se alteren con nada y que, como al avanzar en su carrera no puede encontrar más que sufrimientos, pues el mal se le va a ofrecer en todos sus pasos, esta perspectiva no detenga su marcha y tampoco fije su vista únicamente en la meta que le espera al final de la carrera.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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