Ten buen ánimo, discípulo; acuérdate de la regla de oro. Una vez hayas pasado por
la puerta Strôtâpatti, «el que ha entrado en la corriente»; una vez haya hollado tu pie el lecho de la corriente Nirvánica, en ésta o en alguna vida venidera, no tienes más que otros siete nacimientos ante ti, oh tú de voluntad diamantina.
H.P. Blavatsky . La voz del silencio .