«Como estuvimos diciendo el otro día, nosotros compartimos, toda la humanidad comparte, la luz del

sol [él no había dicho esto]; esa luz del sol no es suya ni mía. Es la energía vivificante que todos compartimos. La belleza de una puesta de sol, si uno la observa con sensibilidad, es compartida por todos los seres humanos. No es la puesta suya o mía en el oeste, en el este, en el norte o en el sur; lo importante es la puesta de sol. Y nuestra conciencia, que incluye nuestras acciones y reacciones, nuestras ideas y conceptos, nuestros patrones de pensamiento, los sistemas de creencias, las ideologías, los temores, los placeres, la fe, la adoración de algo que nosotros mismos hemos proyectado, nuestros dolores, nuestras penas y angustias esto es compartido por todos los seres humanos. Cuando sufrimos, hemos convertido eso en un asunto personal. Excluimos todo el sufrimiento de la humanidad. Igual que el placer; tratamos el placer como una cosa privada, nuestra, con la excitación que ello produce, etc. Olvidamos que el hombre incluyendo a la mujer, por supuesto, no es necesario repetirlo- que el hombre ha sufrido desde tiempos que están más allá de toda medida posible. Y ese sufrimiento es el suelo sobre el cual todos nosotros estamos parados. Y es compartido por todos los seres humanos.

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

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