También es por eso por lo que la escritura compara continuamente la palabra con flechas

agudas y con una espada de doble filo, no sólo porque esta palabra tiene siempre enemigos con los que se ve obligada a luchar y a los que tiene que vencer, sino también porque está naciendo continuamente en medio de los obstáculos que la oprimen y la obligan a afilarse y agudizarse por cualquier medio, para salir a la luz del día a través de estas sustancias extrañas de las que está abarrotada.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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