Cuando el reparador fue a Betania para resucitar al hermano de Marta y María, que

estaba muerto desde hacía cuatro días y olía mal, dijo con voz po- tente, al lado del sepulcro: Lázaro, levántate Es a ti, alma humana, a quien se dirige la palabra, más aún que a aquel cadáver, que no era más que el símbolo del verdadero renacimiento, y es ahí también donde puedes encontrar un nue- vo detalle de ese cuadro general cuyo tema eres tú y que abarca todo el con- junto de las cosas.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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