Por eso es por lo que nuestras plegarias no son todavía más que gemidos, lamentos
e invocaciones, en vez de ser contemplaciones, mandamientos, acciones de gracias, satisfacciones, como debieron ser en principio y como serán al final de todas las cosas para los que se dediquen al mantenimiento de la justicia y a la observación de las leyes del Señor.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .