La circulación de la luz es un término inclusivo. Cuanto más avanza el trabajo, más
florece la Flor Dorada. Pero hay un tipo de circulación aún más maravilloso. Hasta ahora hemos trabajado desde el exterior sobre lo que está dentro; ahora permanecemos en el centro y gobernamos lo que es externo. Hasta ahora era un servicio a beneficio del Maestro; ahora es una diseminación de las directivas del Maestro. Ahora se invierte toda la relación. Si uno quiere penetrar en las regiones más sutiles con este método, primero hay que encargarse de que el cuerpo y el corazón estén totalmente controlados, de ser muy libre y estar en paz, soltando todas las ataduras, sin ser perturbado por la menor excitación, y con el corazón divino exactamente en el medio. Cuando la luz giratoria brilla hacia lo que está dentro, no crea una dependencia de las cosas, la energía de lo oscuro está fija y la Flor Dorada brilla concentradamente. Ésta es entonces la luz recogida de la polaridad. Las cosas relacionadas se atraen mutuamente. Así, la línea de luz polarizada de lo Abismal presiona hacia arriba. No es solo la luz en el abismo, sino que es luz creativa que se une a luz creativa. En cuanto estas dos sustancias se encuentran, se unen inseparablemente y se crea una vida incesante; viene y va, asciende y cae de sí misma, en la casa de la energía primordial. Uno es consciente de una refulgencia e infinitud. Todo el cuerpo se siente ligero y querría volar. Éste es el estado del que se dice: las nubes llenan las mil montañas. Gradualmente, va de un lado para otro muy suavemente; se eleva y cae imperceptiblemente. El pulso se detiene y cesa la respiración. Éste es el momento de la verdadera unión creativa, el estado del que se dice: la luna recoge las diez mil aguas. En medio de esta oscuridad, el corazón celeste de pronto inicia un movimiento. Ésta es la vuelta de la luz única, el momento en que el niño llega a la vida.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .